Tras un deseo íntimo
salpicado en baladas,
no hay como un baño ligero
con fragmentos de pasión,
o un baño intenso
en tu mar desorbitado de perfumes.
No hay como comprender
que así como las mariposas aletean
sobre el hechizo de la canción
que tararean las flores,
asimismo la música
de todas las pompas de jabón
que han estallado en tu bañera,
poseen la nítida y cálida esencia
del hechizo de tu suave piel.