Deseo las rocas,
sirenamente verticales,
con rencor perpetuo.
Cerca
se perfilan limbo,
colchón de manos
entre el mar
y el infierno.
Deseo las rocas,
sirenamente verticales,
con rencor perpetuo.
Cerca
se perfilan limbo,
colchón de manos
entre el mar
y el infierno.
la voz del capuchino emparedado se había hecho casi imperceptible
ALEJO CARPENTIER,
El reino de este mundo
El amor
que guardo en una maleta se pudre lentamente.
Con voz de emparedado gime -gemía-
quizá haya muerto.