¡Cuánta tristeza me da diariamente al escuchar
comentarios de otras razas, que causan mucho dolor!
de nacer en donde nace, de su raza o su color?
No debemos olvidar que si somos lo que somos
es pura casualidad del destino que le place
traer a la humanidad sin tener la cortesía
de preguntar a las vidas en donde quieren nacer.
Tampoco preguntará de qué color quieren ser;
si quieren una mansión o una choza en que nacer;
por eso nunca debemos juzgarlos por su vivir
sino comprender sus vida y respetar su existir.
Uno debe de pensar en cómo se sentiría
en los zapatos de aquel que nació de otro color,
o que es de otro país con otra ciudadanía
para respetar su origen que no fue su decisión.
Ciertamente puede ser que existan seres dañados,
que no respetan a nadie y actúan sin compasión;
pero eso no es razón para juzgar por igual
a todos los de su raza sin motivo ni razón.
Pensando de esta manera viviremos más felices,
dándonos siempre la mano para adelante salir;
cooperaremos en todo y habría confraternidad
que es algo muy necesario para la felicidad.
No obstante lo que he dicho nunca será una exigencia,
pues cada cual juzgará como le dicte su conciencia.
Esta ha sido mi forma de tratar con los humanos,
pues a todos por igual considero mis hermanos.